Sebastien Loeb, ese lobo hambriento que no deja ni las migas a sus rivales, está a un paso de lograr un nuevo hito en la historia de los rallys. Si este fin de semana gana en Chipre, la tercera cita del Mundial, sumará ya medio centenar de victorias, un logro impensable hace tan sólo unos pocos años. Como muestra, el anterior record, que era de Carlos Sainz con 26 triunfos. ¡Casi la mitad!
Pero, aunque fue el vencedor de las tres últimas ediciones disputadas, no lo va a tener fácil el galo, ya que la cita chipriota regresa al calendario tras dos años de ausencia con un formato inédito, que supone el regreso de los rallys mixtos al campeonato. La primera etapa será sobre tramos de asfalto, pero con los coches calzados con neumáticos y frenos de tierra, un invento que no gusta a nadie porque puede resultar hasta peligroso.
Además, para esa primera jornada se esperan múltiples tácticas para no salir abriendo pista en las dos siguientes de tierra, por lo que el experimento puede resultar aburrido... y Loeb será el más perjudicado, ya que parte primero, y no podrá controlar los tiempos de los demás.
Para Dani Sordo, que ayer fue el más rápido en el shakedown, el de Chipre es un rally de mal recuerdo, ya que en su única participación en 2006 sufrió un absurdo accidente contra una rotonda en el tramo final que aún le crea pesadillas. Pero parte en una buena posición para hacer estrategias, y podría sacarse la espina... aunque habrá una fuerte competencia de los Ford oficiales de Mikko Hirvonen y Jari Matti Latvala, especialistas en tácticas, el Focus privado de Henning Solberg, los Citroën júnior de Sebastien Ogier, Evgeny Novikov y Conrad Rautenbach o el vetusto Xsara del otro Solberg, Petter.
La prueba chipriota vivirá el debut del navarro Egoi Eder Valdés, que inicia su participación en el Mundial de Grupo N al volante de un Subaru Impreza.
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