En estos últimos test hemos vivido una igualdad máxima, y, según los tiempos compensados (igualando los pesos de combustible) que maneja Renault, Alonso está a décima y media por vuelta del mejor Ferrari. Y una décima en velocidad pura por delante del BMW. Ahí debe estar la lucha por el título, salvo que los Brawn de dudosa aerodinámica al límite de lo legal no vayan de farol.
Todo el mundo esperaba ayer el simulacro de carrera del asturiano, pero a su coche se le rompió el motor en la cuarta vuelta de la primera tanda. Comenzó su simulacro como un tiro, con un registro de 1:22.4, mejor que el 22.7 de Kubica y a seis décimas del Barrichello. Pero en la cuarta vuelta su coche se quedó parado después de dejar detrás un largo reguero de aceite.
Se trata del propulsor que el asturiano había estrenado en Jerez, y que ayer se rompió con su vida útil ya cumplida. Más de dos mil kilómetros. Volvió a la pista dos horas después con algo menos gasolina y realizó una tanda de cinco vueltas muy buena, clavado en 1:20.6, una décima por delante de Kubica. Y Hamilton mejoró, pero sigue atrás. El inglés marcó un registro de 1:20.869, previsiblemente en un ensayo de Q3, en una pequeña tanda de tres vueltas. Lejos del 1:20.1 que hizo Massa el miércoles.

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